Las Fuerzas Armadas estadounidenses bombardearon en los últimos dos días posiciones del Estado Islámico (EI) en Irak, entre ellas un campo de entrenamiento en Mosul, mientras la Casa Blanca examina los planes para atacar a los yihadistas desde el aire también en Siria.

El Mando Central de Estados Unidos, encargado de las operaciones militares en Oriente Medio y Asia Central, anunció que el miércoles y el jueves bombarderos y cazas estadounidenses destruyeron varios edificios ocupados supuestamente por yihadistas.

Entre los objetivos se encontraba un campo de entrenamiento yihadista al sureste de Mosul, ciudad tomada por los extremistas suníes del EI a comienzos de junio.

En los ataques aéreos de Mosul, las fuerzas estadounidenses también destruyeron vehículos armados, dos edificios supuestamente ocupados por el grupo yihadista y una “gran unidad de tierra del EI”, según especificó el Mando Central en un comunicado.

En el sureste de Bagdad los aviones estadounidenses destruyeron un almacén de munición.

Con los últimos bombardeos, que ya se producen prácticamente a diario, Estados Unidos ha realizado desde comienzos de agosto 176 ataques aéreos, un número que podría ampliarse aún más con operaciones similares en Siria, donde el EI tiene sus bastiones más estables.

El secretario de Defensa, Chuck Hagel, dijo en una audiencia ante la Cámara de Representantes que la cúpula militar estadounidense ya ha cerrado un plan de bombardeos dentro de Siria, donde el conflicto civil y la oposición frontal de Estados Unidos con el régimen de Bachar al Asad podría complicar las operaciones.

Hagel reveló que el presidente estadounidense, Barack Obama, aún no aprobó ese plan de acción en Siria, ya que está reflexionando sobre las consecuencias.

Fuente: EFE