Un nuevo en la escala abierta de Richter sacudió este miércoles la costa norte de , la misma zona afectada por el fuerte del sábado pasado, que mató a unas 500 personas.

Casi cuatro días después del potente terremoto que devastó la costa ecuatoriana y en medio de una cadena incesante de réplicas, el nuevo sismo de 6,1 grados se suma a la angustia de los sobrevivientes, que ya empezaron a notar los efectos de la escasez de agua y víveres.

El nuevo sismo, de magnitud 6,1 según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y 6,2 grados según el Instituto Geológico de Ecuador, fue muy prolongado, aunque no se reportaron nuevos daños materiales.

Su epicentro estuvo a una profundidad de 15,7 kilómetros y se ubicó a 25 kilómetros de Muisne y a 73 kilómetros de Propicia. Las autoridades no activaron la alerta de tsunami.

Pedernales, una de las zonas más afectadas por el terremoto de 7,8 grados, no sufrió mayores daños por este nuevo sismo. La mayoría de sus estructuras resultaron seriamente afectadas por el fuerte sismo del último sábado.

Más de 900 socorristas, bomberos, médicos y especialistas de 20 países, entre ellos Colombia, Chile, México, Venezuela y España, continúan buscando señales de vida entre los escombros, pero a menudo solo pueden recuperar cadáveres.

Fuente: Agencias

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