Desde el comienzo del brote de ébola, Médicos Sin Fronteras ha ingresado en sus centros de tratamiento aproximadamente 3.299 pacientes. De ellos, 2.051 se han convertido en casos confirmados de ébola. 650 de ellos se ha recuperado completamente de la enfermedad y uno de ellos es Madamee, un niño de 11 años cuya sonrisa y baile han dado vuelta al mundo como símbolo de la esperanza.

Gracias a los esfuerzos del personal médico y a su propia lucha, el sistema inmunológico del pequeño ha conseguido contrarrestar al virus y ha recibido el alta. De ahí que lo veamos bailando Azonto, un baile originario de Ghana, mientras la multitud lo observa.

“La gente con los impermeables amarillos han cuidado muy bien de mí y me han ayudado un montón, tanto a mí como al resto de pacientes”, explica el pequeño.

Su historia es una de esas que ha dado esperanza a los ingresados en el centro de MSF pese a que, con todo, él mismo se ha visto sacudido por la tragedia: su hermana, de 14 años, murió víctima de le enfermedad a tan solo una tienda de campaña de la suya.

Fuente: ABC