Es el país que más se ha protegido contra el ébola pese a que el riesgo de que el temido virus llegue a sus fronteras es prácticamente insignificante, pero Corea del Norte tiene una manera de hacer las cosas muy particular para eliminar cualquier posibilidad de que la enfermedad llegue a la región.

Y es que Corea del Norte se está enfrentando a una severa contradicción; por un lado están los intentos del país por atraer más turismo e intentar participar más en el comercio mundial, especialmente con China, su principal socio. Pero por el otro, se levanta ahora la barrera del ébola, una enfermedad que los habitantes del país no entienden y que ha provocado la imposición de medidas muy restrictivas.

Una de ellas es la prohibición casi total de turistas, no solo de los países afectados, sino de prácticamente cualquiera. Llegan pocos y con cuentagotas, pero es que los que lo consiguen se tienen que enfrentar a una cuarentena de varias semanas, en la que se mide la temperatura frecuentemente, con el objetivo de descartar la infección.

El miedo y la paranoia es tal que esta decisión afecta a cualquiera que llegue, sin importar que en su país de origen no haya llegado la enfermedad. En los noticiarios es siempre uno de los temas principales y se intenta explicar a la gente, con sesiones informativas, en qué consiste el virus y cómo se contagia.

Probablemente la causa principal que explique esta forma de proceder ante una amenaza que ahora mismo es inexistente es la escasa calidad del sistema sanitario, que provoca que las autoridades sean plenamente conscientes de que si hipotéticamente el ébola llegara al país, no sería posible controlarlo, por eso la mejor medida es la prevención.

De hecho, ya le funcionó con éxito hace unos años con el SARS (Síndrome respiratorio agudo grave) que afectó a varios países de la región, pero que Corea del Norte fue capaz de contener gracias a unas medidas tan draconianas como las que se están imponiendo ahora.

Fuente: The Guardian/ Yahoo.es