Más de 200 mil bengalíes trabajan por varias horas como desmanteladores de buques en el mayor “cementerio de navíos del mundo”, ubicado en la ciudad de Chittagong, Bangladesh. El trabajo que tienen es considerado por muchas organizaciones como uno de los más peligrosos del mundo, además de ser uno de los peores remunerados.

Según reportes internacionales, esta actividad genera a diario decenas de heridos y muertos por accidentes laborales, además de sometimientos a gases y materiales tóxicos.

A pesar de estos peligros y el sueldo que no se acerca al mínimo vital, los hombres de este pequeño país están más que dispuestos a seguir laborando en este cementerio, pues argumentan que es la única actividad que es fácil de realizar.

El desguace de buques es la manera más rentable y fácil para el reciclaje de chatarra que incluye una gran variedad de actividades, desde desmontar todos

los engranajes y equipo hasta cortar y reciclar la infraestructura del buque.

Este trabajo es un proceso difícil debido a la complejidad estructural de los navíos y de los muchos temas que tratan del medio ambiente, de la seguridad y de la salud, ya que expone a sus trabajadores a una gran gama de peligros, lesiones o enfermedades.