La ciudad de Dubái , en los Emiratos Árabes Unidos, despidió el 2014 y le dio la bienvenida al nuevo año con una fiesta de luces y colores en su edificio más emblemático: el Burj Khalifa, que mide 828 metros de altura.

Como de era de esperarse en esta suntuosa ciudad, en el instante exacto del cambio de año una banda musicalizó el momento y miles de artefactos pirotécnicos llenaron el cielo de luces de colores brillantes y que eran seguidas y admiradas por cientos de espectadores.

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Otras ciudades que ya celebraron el año nuevo fueron las remotas islas de Samoa, Kiribati y Tokelau en Nueva Zelanda y Sidney en Australia. En todos estos casos, como es costumbre en todo el mundo, las celebraciones están enmarcadas por utilizar fuegos artificiales.

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