La Corte Suprema de EEUU. evaluará el lunes las medidas migratorias proclamadas hace más de un año por el presidente Barack Obama en medio de un crispado clima electoral, en el que el futuro de millones de indocumentados se ha convertido en un arma arrojadiza entre demócratas y republicanos, y luego de las polémicas propuestas de Donald Trump.
“Creo que el muro estará completo en dos años desde el momento en el que comencemos, así que tenemos que empezar rápido”, dijo en febrero Donald Trump, aspirante a la nominación presidencial republicana, que quiere construir un muro en la frontera con México y deportar a todos los indocumentados que viven en EE.UU.
Con este clima de fondo, los jueces estudiarán el lunes la legitimidad de las acciones ejecutivas que Obama proclamó en noviembre de 2014 y que fueron bloqueadas un día antes de entrar en vigor a petición de una coalición de estados, liderados por Texas y en su mayoría con gobernadores republicanos.
La audiencia durará 90 minutos y contará con la participación de un abogado del Fondo Mexicano-Americano de Defensa Legal y Educación (Maldef), que representa a tres mujeres indocumentadas de Texas que tienen hijos estadounidenses o con residencia permanente y que podrían acogerse a uno de los programas proclamados por Obama.
“Vivo en McAllen (Texas, EEUU.), nací en Michoacán (México), fui a la escuela en México hasta el quinto grado y mis padres me trajeron cuando tenía 14 años”, narró esta semana durante una conferencia telefónica una de esas tres mujeres, que se mantuvo en el anonimato.
Las medidas migratorias tienen carácter temporal y permitirían a estas mujeres frenar su deportación, conseguir un permiso de trabajo y una licencia de conducir.
Precisamente, los costes que implicaría el expedir de manera masiva esos carnés de conducir es el argumento en el que basan sus críticas los estados demandantes, que aseguran que las medidas migratorias impactarían negativamente en sus arcas públicas. (EFE)