El Día de los Santos Inocentes se remonta a la matanza de infantes que ordenó el rey Herodes “El Grande” para evitar la llegada del Mesías. Aunque ésta también se asocia a la visita que los Reyes Magos hicieron a Jesús (el 6 de enero).

Según el evangelio de San Mateo, cuando reinaba Herodes en Judea, los Reyes Magos se dirigieron a Belén a adorar al mesías, guiados por una estrella. Cuando Herodes se enteró, y ante el temor de perder su trono, intentó localizar al niño Jesús para deshacerse de él.

Así, pidió a los Reyes Magos que al regresar, le informaran de su ubicación. Sin embargo, éstos recibieron un mensaje de Dios avisándoles de las intenciones que tenía Herodes y no regresaron.

Fue entonces cuando al no saber cuál de los niños era Jesús, mandó matar a todos los menores de dos años. Jesús se salvó, gracias a un ángel que se le apareció a José, y le advirtió del peligro que corrían.

A pesar de la gravedad de lo acontecido, el hecho de que quizás, Herodes vivió durante muchos años pensando que había acabado con el niño Jesús, dio origen a la tradición de divertirse a costa de engañar a otras personas.

Desde entonces, la Iglesia Católica conmemora cada 28 de diciembre la fiesta de los Santos Inocentes, para recordar las crueles muertes infantiles.

Fuente: lostiempos.com