Macedonia es un pequeño y pobre país balcánico de dos millones de habitantes que actualmente vive su peor crisis política. De acuerdo a ‘The Economist’, su situación puede resultar explosiva para toda Europa.

Macedonia tiene un principal problema: es el siguiente país europeo después de Grecia, situado en la ruta de los refugiados.

En estos días, miles de sirios e iraquíes se agolpan en Grecia en la frontera con Macedonia, que impide empleando gases lacrimógenos sus intentos de cruzar aquella. La situación puede cambiar si es que se produce un golpe ‘a la ucraniana’ en ese país, cosa que otras naciones temen.

Macedonia vive una semana de manifestaciones multitudinarias, como muchas otras desde febrero de 2015. El opositor Partido Socialdemócrata acusa al gobernante VMRO de autoritarismo, mientras que este último cree que la oposición está preparando un golpe como el del Maidán en la capital ucraniana, de acuerdo la revista británica.

El año pasado la oposición filtró audios telefónicos grabados por los servicios de seguridad del país, que entre otras cosas desvelaron fraude electoral, corrupción y otros supuestos graves crímenes, lo que provocó las primeras protestas. Cuando unos meses después estalló la crisis de los refugiados, la UE, temiendo el caos político en Macedonia, envió allí a sus negociadores.

Entonces, el gobierno y la oposición acordaron llevar a cabo nuevas elecciones, que se celebrarán este 5 de junio. También acordaron abrir una investigación especial sobre los posibles crímenes revelados por los audios, que involucraron a unos 56 políticos, muchos de VMRO.

Después de que este 12 de abril el presidente Gjorge Ivanov cancelara la investigación acordada, las protestas volvieron a estallar y la oposición decidió entonces rechazar participar en las negociaciones de emergencia convocadas por la UE para este 22 de abril en Viena.

Cada año que Macedonia sigue esperando la membresía en la UE crece la desesperanza, y Bruselas pierde influencia en la situación, de acuerdo a ‘The Economist’.

Durante las manifestaciones ya se viene produciendo episodios de violencia. Además, la crisis puede empeorar si las fuerzas políticas que representan a los albaneses, que forman una cuarta parte de la población, deciden involucrarse.

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