Más de 40 mil soldados de Estados Unidos y Corea del Sur están llevando adelante maniobras militares en la Península de Corea, en el marco de una serie de ejercicios que realizan todos los años.
A través de estas prácticas, Washington da cuenta del compromiso de su alianza estratégica con Corea del Sur.
Pero los vecinos del norte interpretan que el verdadero propósito de estos ejercicios es muy distinto. En concreto, sostienen que se trata de una pantalla para cubrir la preparación de un ataque sorpresa. Por eso, en respuesta, Pyongyang inició una escalada de encendidas amenazas.
Esto no es una novedad en sí misma, porque el estado norcoreano siempre rechazó fervientemente las maniobras militares conjuntas de sus enemigos.
Lo inédito es la intensidad de las amenazas recientes. En esa línea está el anuncio de la anulación de importantes pactos de paz e incluso del armisticio, que mantenía congelada la guerra iniciada en 1950.
Aún a pesar de todo esto, muchos analistas creen que hay pocos motivos para pensar que realmente va a cumplir algunas de sus amenazas más mortíferas. Al menos en el corto plazo.
El antecedente de la Guerra
Terminada la Segunda Guerra Mundial, la península, que estaba ocupada por Japón desde 1910, fue dividida en dos por las potencias triunfantes: el norte sería controlado por las tropas de la Unión Soviética, y el sur por las de Estados Unidos.
En el marco de un naciente conflicto entre las dos potencias por decidir quién sería la dominante, la situación en Corea se hacía insostenible y parecía inevitable que una parte atacara a la otra. El primer paso lo dio el norte en junio de 1950.
¿Cómo lo hizo? Casualmente, utilizó ejercicios militares de pantalla para atacar por sorpresa al sur y así se desató la guerra.
Volviendo al presente, lo que puede estar ocurriendo es que su propia actitud en el pasado esté haciéndolo sospechar que ahora su contraparte está tramando lo mismo: Usar los ejercicios como cortina para un ataque.
Las amenazas de Pyongyang pueden ser interpretadas no sólo como un mensaje hacia el interior para consolidar a su líder, sino también como un intento de forzar a Estados Unidos a abandonar esos “juegos de guerra” con Corea del Sur.
Fuente: Infobae