En una entrevista en Seúl con CNN, precisó que le lavaron el cerebro en la década del 80’. Fue entrenado para creer que Kim Jong Il era un dios y que la única razón por la que nació era para servir y proteger al “Querido Líder”.

Pero en los casi once años que estuvo a su lado, dijo que vio a un hombre rodeado por el miedo. Él recuerda “dos caras” para Kim Jong Il, a quien describió como alguien que podría “dar el oro” cuando era feliz y pena de muerte cuando quería.

“Tienen miedo porque incluso cuando estaba feliz podía cortarte la cabeza”, afirmó al narrar que una vez un alto funcionario utilizó el ascensor y cenicero privado de Kim Jong Il. Al enterarse, el dictador lo envió a un campo de concentración, donde murió.

Lee dejó de trabajar para Kim cuando el dictador empezó a controlar las relaciones de la escolta. Intentó escapar a China, pero fue capturado y enviado a un campo de concentración, pero pudo escapar hacia Corea del Sur, donde es granjero.

Sin embargo, está preocupado porque cree que Kim Jong-un puede ser el peor de todos. “Kim Jong-un terminó matando a su tío, que incluso Kim Jong Il no podía matar”, dijo Lee a la cadena, donde contó que escribió un libro sobre sus experiencias.