El protagonista de esta historia es Kim Il-sung, el ‘presidente eterno’ de Corea del Norte, quien dejó una deuda de 300 millones de euros.

Lo más curioso de todo es el motivo: la compra de 1000 Volvo modelo 144. Y para redondear la historia lo mejor es que, 40 años después del trato, los vehículos siguen funcionando.

En la década de 1970 Suecia y Corea del Norte llegaron a algunos acuerdos impulsados por la izquierda del país europeo, que pedía reconocer al estado comunista. En los acercamientos hubo intereses comerciales y se produjo la compra de 1000 coches por parte del fundador de Corea del Norte, según informa el semanario “Newsweek”.

Con el paso de los años esta deuda ha crecido exponencialmente. Los intereses se sumaron año tras año hasta llegar a los 300 millones de euros. Cada año fiscal desde 1974, según cuenta la revista estadounidense, la agencia sueca encargada de promover las exportaciones y asegurar su reembolso envía a Corea del Norte la nueva suma.

Hoy algunos de estos Volvo siguen funcionando y son parte de la flota de taxis de Pyongyang. Aunque por mucho que el régimen coreano haya explotado los coches, es difícil que algún día pueda amortizar la deuda con el comprador.

Existen otras empresas que también llegaron a acuerdos con Corea del Norte y acabaron de la misma manera. En algunos casos son por la compra de 2000 relojes Rolex cuyo valor superaba los 5 millones de euros.

Fuente: abc.es