La lucha por el control del legado de Mandela, tanto a nivel financiero como moral, involucrará a su familia; al partido gobernante Congreso Nacional Africano (ANC); y a la Fundación Nelson Mandela que él creó para proteger su mensaje más amplio.

Tras su muerte el pasado jueves 5, está en juego la herencia que será distribuida entre los más de 30 hijos, nietos y bisnietos de Mandela, algunos de los cuales ya utilizan su nombre e imagen para comercializar todo, desde ropa hasta programas de reality en televisión, según Infobae.

Se hace difícil fijar un valor exacto sobre su patrimonio, ya que no hay cifras públicas disponibles. Este incluiría una casa lujosa en Johannesburgo, una residencia modesta en su provincia natal en la rural Provincia Oriental del Cabo, y derechos de autor por la venta de libros como su autobiografía “Long Walk to Freedom”. Por esto varios expertos en marcas de Sudáfrica se han negado a estimar el valor anual de la marca Mandela.

Mantener el control sobre los derechos de autor ya es un negocio difícil, por lo que proteger la marca Mandela podría ser aún más duro ahora que no está.

Mandela dividió el manejo de su legado entre una serie de fideicomisos para manejar sus finanzas y la Fundación Nelson Mandela, que sirve como una custodia de su legado moral más amplio. En total, estableció unas dos docenas de fideicomisos, en su mayoría para pagar la educación de sus nietos y bisnietos.

Una disputa legal entre el viejo amigo de Mandela, el abogado George Bizos, y dos de las hijas del ex presidente se hizo pública este año cuando las mujeres intentaron sacar a Bizos y a otros socios de compañías establecidas para vender la huella de su mano para usarla en obras de arte y recuerdos.

Según una declaración jurada presentada por Bizos y los otros, las dos hijas, Makaziwe Mandela y Zenani Dlamini, habían estado tratando de conseguir el control del principal fideicomiso de Mandela desde 2005 y eventualmente se convirtieron en administradoras sin el conocimiento de su padre.

Mandela se enojó cuando descubrió lo que sus hijas habían hecho, dijo Bizos y los otros socios en la declaración jurada. “El señor Mandela estaba impactado y usó la expresión común ‘Dios mío’. Estaba furioso y quería saber qué había ocurrido”, contaron.

Existen al menos 40 compañías registradas oficialmente con el gobierno sudafricano que utilizan su nombre. Pero las empresas no parecen tener vínculos ni con Nelson Mandela ni con sus familiares, ni tampoco con un área geográfica que lleve su nombre.