Astrónomos y observadores de todo el mundo permanecen atentos a la órbita del cometa ISON, descubierto en septiembre del pasado año por científicos rusos, y que va en camino de convertirse en uno de los más espectaculares de la historia.

El próximo noviembre, cuando la roca se aproxime al Sol, algunas predicciones apuntan que podría superar en brillo a la Luna y ser visto a la luz del día. Si esto es así, no hay duda de que ISON se convertirá en una sensación mundial.

Sin embargo, como ocurre con muchas personas, uno no puede fiarse de los cometas que acaba de conocer. Pueden ser impredecibles y defraudarnos con una trayectoria inesperada. Si el cometa acaba desintegrado en su acercamiento al Sol, se acabó el espectáculo.

ISON (C/2012 S1) fue descubierto el 21 de septiembre por los astrónomos rusos Vitali Nevski y Novichonok Artyom a través de imágenes tomadas con un telescopio reflector de 40 centímetros.

Visible de día

Efectivamente, el 28 de noviembre el cometa se acercará a solo 1,2 millones de kilómetros de la superficie del Sol, a aproximadamente 425.000 kilómetros por hora.

Entonces pueden ocurrir dos cosas: Que el cometa acabe desintegrado como muchos otros, lo cual supondrá una enorme desilusión, o que sobreviva y nos proporcione uno de los espectáculos celestes más increíbles que jamás hayamos contemplado. En ese caso, de la bola de hielo y rocas brotará una magnífica cola que la convertiría en uno de los cometas más espectaculares jamás vistos.

Fuente: ABC.es