Virginia Vallejo es una conductora colombiana. Conoció al fallecido capo narco, el más poderoso del mundo, y se quedó enamorada. Su noviazgo, los lujos y la complicidad del poder político salen a la luz.

“Yo soy ahora una exiliada política porque si hubiera regresado a Colombia, me hubieran cortado en pedazos los militares, los paramilitares y los agentes de los narcopresidentes”, dispara Virginia Vallejo. Ella, durante los 80, era la conductora más exitosa de Colombia y tenía una gran proyección. Hoy, tres décadas más tarde, no puede volver a pisar ese país. Su error, que casi le cuesta la vida misma, fue haberse enamorado de Pablo Escobar, el narcotraficante con más poder de todos los tiempos.

En una entrevista concedida a la cadena América Tevé, Vallejo cuenta los detalles de su relación con Escobar, que duró 5 años (entre 1982 y 1987) y también revela los vínculos que el capo narco mantenía con la estructuras dominantes de Colombia, incluso los presidentes de ese país.

“Mi vida hoy es muy tranquila, pero recibo muchas amenazas todo el tiempo. Mi pasado es mi presente. El peligro mío no es por el pasado, sino el presente, porque yo escribo contra los narcoparamilitares, contra los presidentes y contra los billioners colombianos que viven aquí en los Estados Unidos sin pagar impuestos”, sostiene en el reportaje, cuya primera parte fue difundida el martes por la noche.

Vallejo vivió rodeada de lujos desde que conoció a Escobar. Fue un día que con su novio, el sobrino del mandatario Belisario Betancour, visitó la quinta del narco. Comenzó a fijarse en él después de que la salvó de un remolino en el río. Según dijo, en ese entonces ella desconocía que era el líder del Cártel del Pacífico.

Pero después, al enterarse, tampoco renegó de su identidad. Escobar le daba todos los mimos, todos los gustos. Relata, por ejemplo, que le regalaba viajes a Europa y le daba 40 mil dólares, que podía gastar lo que quisiera. O que, en realidad, “debía”. “No aceptaba que trajera ni 100 dólares de regreso”, declaró Vallejo en distintas oportunidades.

Hoy Vallejo vive en un departamento de dos ambientes en Miami. La misma DEA debió ayudarla a salir de Colombia en un megaoperativo de traslado hacia los EEUU. Desde su exilio, escribió el libro Amando a Pablo, odiando a Escobar, que fue reeditado este año en la región. Vallejo, además, estuvo involucrada sentimentalmente con otros hombres del poder, como los empresarios Carlos Haime, Julio Mario Santo Domingo (rey de las cervecerías), Carlos Ardila Lülle y Luis Carlos Sarmiento, uno de los más ricos de toda Sudamérica.

Fuente: Infobae