La emisora estatal Radio Internacional de China informó que las piezas fueron encontradas enterradas en una granja, desierta desde que en 2013 murió su propietario, cerca de la frontera con Rusia, en la provincia china de Heilongjiang (noreste), donde hubo un destacado despliegue japonés durante la contienda finalizada hace ahora 70 años.

Miembros del Ejército chino tuvieron que retirar la carga de algunos de los artefactos desenterrados, puesto que había riesgo de detonación.

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“Este tipo de bombas es similar a las que hemos visto antes. Las tropas japonesas las dejaron. Hay morteros, granadas y algunas bombas aéreas. Las granadas antitanque eran una de las armas típicas de los japoneses”, explicó Geng Yan, miembro de las Fuerzas Armadas chinas, en declaraciones recogidas por Radio Internacional.

Los expertos creen que los soldados japoneses abandonaron estos explosivos en su retirada tras la invasión de China de finales de la década de 1930.

Los soldados japoneses enterraron muchos proyectiles que no tuvieron tiempo de destruir ni tampoco pudieron llevarse mientras huían, lo que ha provocado, décadas después, algunos heridos en la zona por la explosión de esos artefactos ocultos.

Fuente: EFE