Un equipo de paleontólogos de la Universidad de Carolina del Sur dirigido por Brian Andres ha descubierto, en colaboración con colegas de universidades chinas, un esqueleto inédito de reptil prehistórico en el noroeste de China, cerca del desierto de Gobi, informa el revista especializada ‘Current Biology’.

La nueva especie de pterodáctilo, que ha sido bautizada con el nombre de Kryptodrakon progenitora (que podría traducirse como ‘Dragón escondido progenitor’) tenía una envergadura de 1,4 metros y habitó el Jurásico hace 163 millones de años, es decir, 5 millones de años antes que el pterodáctilo más antiguo descubierto hasta la fecha.

Tras comparar la estructura de los huesos del Kryptodrakon con la de otras especies parecidas, los paleontólogos lograr crear un ‘Arbol de la evolución’, lo que les ayudó a determinar el hábitat de este reptil prehistórico, considerado ya por muchos como el antepasado de todos los pterodáctilos, incluido el Quetzalcoatl, cuya envergadura alcanzaba los 10 metros, y el Pteranodon, de seis metros.

Basándose en la envergadura de las alas y la forma de las extremidades, los paleontólogos concluyen que el Kryptodrakon y sus antepasados inmediatos no habitaban las regiones costeñas de mares y océanos, como creen algunos expertos, sino tierra adentro. Ello sugiere que la evolución de los pterosaurios fue muy similar a la de las aves en los períodos subsiguientes.

Los científicos reconocen que esté hallazgo podría marcar el punto de partida de una nueva etapa en los estudios de los reptiles alados.

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