El peruano Víctor Aguilar Saldaña, quien en mayo del año pasado degolló a sus hijos mellizos de apenas un año y medio, fue condenado a 20 años de prisión en la ciudad chilena de Iquique.

Pese a que su defensa trató de argumentar un problema de salud mental, las pericias psicológicas –practicadas por el Ministerio Público del vecino país– arrojaron que “es un hombre que puede discernir entre lo bueno y lo malo”.

Cabe precisar que la Fiscalía había solicitado para el parricida cadena perpetua por el crimen que cometió el 14 de mayo del 2011, pero tribunal consideró que le favorecía una imputabilidad disminuida por tener un trastorno de personalidad.

Ese fatal día, Aguilar recogió a sus hijos de la casa de su exconviviente y luego la llamó por teléfono para decirle que no los volvería a ver. Se fue a un hotel y los mató.