¿Los sismos se pueden predecir? La mayoría de científicos entiende que no es posible. Desde la semana pasada el geógrafo de la Universidad Católica Marcelo Lagos se ha convertido en una de las voces protagonistas de los medios chilenos.

Según el diario ‘La Voz’ de Argentina, el 25 de marzo pasado encendió las alarmas “sobre un posible terremoto y tsunami en el norte”. Las redes sociales estallaron y hubo críticas. Finalmente el sismo fue de 8,2 en la costa norte de Chile en la noche del 1 de abril.

Sobre los numerosos sismos en Arica e Iquique afirmó la semana pasada que, si bien en un principio, “todo indicaba que era un fenómeno normal”, pero debido al tiempo en que se ha prolongado la actividad, “se ha ido transformando en una secuencia de eventos. El tiempo que se ha prolongado este proceso es particular, inusual, raro”, expresó.

“Hay que estar preparados para el peor escenario, y el peor escenario es que ocurra un evento como el de Japón, por ejemplo, y que tengamos un tsunami grande en la costa. Eso podría pasar”, sostuvo, según publica Glamorama.

Según Lagos, citado este miércoles por el diario La Cuarta, “esta zona tiene características que podrían incurrir en uno más grande” y es probable que haya réplicas hasta superiores al terremoto de Iquique. “Hay que estar alertas”, apuntó el experto de la TVN.

Coincide con él Arturo Belmonte, de la Universidad de Concepción: “Este no es el gran evento esperado (…) quedan cuatro metros de desplazamiento que en términos estrictos, y en una forma muy bruta de decirlo, equivale a un terremoto de la misma magnitud”, dijo a La Cuarta.

“Desde el año 1877 hasta ahora el desplazamiento acumulado en la zona de Iquique es de 9 metros y este terremoto equivale a 5, o sea que faltan otros 4, haciendo un cálculo bien al ojo”, dijo Belmonte al diario Pop.

En tanto el geógrafo de la Universidad Católica Pablo Osses dijo que el terremoto de 8,2 grados no liberó la suficiente energía y podría ocurrir otro movimiento: “Se esperaba (un terremoto) 8,5. Entre un 8,2 y un 8,5 hay un volumen importante de movimiento de tierra, no es lineal como se ha señalado en varias oportunidades. En ese sentido todavía hay un margen de ruptura, de desplazamiento por ocurrir”.

“La historia también dice que son dos terremotos. En 1866 ocurrió uno y en 1877 ocurrió otro, en 1604 ocurrió uno y diez años después ocurrió otro de las mismas características (…) Es factible decir que aún queda un volumen importante de energía acumulada y por otro lado la historia nos dice que han ocurrido dos eventos con una cierta distancia de tiempo acotada”, finalizó.