Ante las quejas de algunos legisladores republicanos y el creciente debate en los medios de comunicación, la Casa Blanca admitió que un alto funcionario del Gobierno de Estados Unidos debería haber asistido a la manifestación del domingo en París contra los atentados yihadistas en la que participaron más de 40 líderes mundiales.

El representante estadounidense en la marcha multitudinaria donde se condenó el atentado contra los periodistas y caricaturistas de la revista Charlie Hebdo fue la embajadora en Francia Jane Hartley.

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“Creo que deberíamos haber enviado a alguien con un perfil más alto”, afirmó el portavoz de la Casa Blanca, John Earnest. El portavoz dijo que al presidente Barack Obama, le hubiese gustado asistir a la marcha, pero sugirió que la celeridad con la que se convocó y el amplio despliegue de seguridad que hubiese implicado lo desaconsejaban.

“La ausencia simboliza la falta de liderazgo estadounidense en el escenario mundial, y es peligrosa”, escribió el senador Ted Cruz, del grupo del Tea Party, en un artículo en la revista Time. “El ataque a París, así como ataques previos a Israel y nuestros aliados, es un ataque a nuestros valores compartidos”.