La actriz y psicóloga Carmen Yarira Esparza Noriega vivía en el acomodado complejo de departamentos Residencial Grand Chapultepec, en México DF. Allí la vieron por última vez el 18 de febrero de 2014.

La familia la buscó intensamente, pero a medida que pasaban los meses, sus esperanzas de encontrarla se desvanecían. La principal hipótesis era que había sido raptada por una banda dedicada a la trata de personas para su explotación sexual.

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El 23 de diciembre pasado, vecinos del Grand Chapultepec se quejaron ante el encargado del edificio por problemas en el abastecimiento del agua. Para verificar qué estaba ocurriendo, éste se dirigió al tanque cisterna del complejo.

Cuando corrió la tapa, apenas pudo contener las náuseas provocadas por el hedor que venía del interior. Mucho más difícil de soportar fue el horror que contempló con sus ojos: en el agua flotaba, en estado de putrefacción, el cuerpo de Carmen Yarira Esparza Noriega.

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El cadáver fue trasladado a la morgue, donde convocaron a la familia para su reconocimiento. Los implantes de busto y la cirugía de nariz no dejaban lugar a dudas: se trataba de la actriz de 27 años. La causa de muerte fue asfixia por estrangulamiento.

La teoría más firme es que la mató alguien con quien mantenía o había mantenido una relación sentimental. Uno de los sospechosos es un empresario de quien había sido amante y que le pagaba el costoso alquiler del apartamento en el que vivía.

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También se investiga a un abogado con el que salía y que le había ofrecido mudarse a otro lugar. El tercer sospechoso es un hombre al que frecuentaba en el gimnasio.

Fuente: Infobae.com