La madrugada del 18 de julio del 2015, la vida de una joven de Toronto cambió por completo. Ella conoció a en una discoteca y 35 minutos después, él la violó. Un año después de ocurrido el acto, el sujeto ha sido condenado gracias a un video en un juicio polémico que ha dividido a todo y puesto en tela de juicio la actuación de la víctima.

La joven de iniciales K.S. contó al jurado y a las autoridades que fue a bailar al club nocturno The Everleigh. Ahí se encontró con un amigo y este le presentó a Tariq.

Sólo cuatro minutos después de conocerla, Tariq le ofreció beber un vaso de vodka. Ella lo rechazó. Insistente, él la tomó del brazo y la hizo beber de la botella. La escena se repitió tres veces. Para ese momento, la joven estaba completamente ebria.

Trece minutos después, él la abrazó y se la llevó del local. A las 02:37 llegaron al hotel Thompson, donde Tariq reservó una habitación. En las imágenes de seguridad se ve todo el proceso y se notan las intenciones del joven y la actitud casi inconsciente de la víctima.

Varias horas después, K.S. no recordaba casi nada de lo que había ocurrido. Pero se sentía violada y tenía grabada la imagen de un hombre desnudo subido encima suyo. Fue a la Policía y descubrió la verdad: tenía semen en la vagina y era de Moazzam Tariq.

Tras la acusación, Moazzam Tariq dijo ser nocente y juró que no había ultrajado a la joven, que el sexo fue consentido. Entonces se desató una polémica: algunos responsabilizaban a la joven por beber en exceso, mientras que otros argumentaban que ella no estaba con los sentidos bien puestos para aceptar tener sexo.

Finalmente, la jueza Mara Greene encontró al acusado culpable del delito de abuso sexual.

“En mi opinión, la única inferencia razonable que se puede hacer de las pruebas es que K.S. estaba desorientada, confundida, sin conciencia de lo que estaba ocurriendo. No tenía en ese momento la capacidad de consentir el acto sexual”, dijo en su fallo.

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