La impresión en 3D ha creado un mundo de nuevas oportunidades para que las personas invidentes puedan experimentar el mundo a su alrededor, pero nunca hemos visto un ejemplo tan elocuente de ello como la historia de Tatiana Guerra, futura madre, y el busto impreso en 3D que le permitió “ver” a su hijo nonato.

Durante los embarazos se realizan exámenes de ultrasonido que permite tanto a padres como a doctores ver al niño aún no nacido, siendo momentos muy especiales. Sin embargo, Tatiana, de 30 años, no puede ver el ultrasonido, ya que perdió la vista cuando tenía 17 años.

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Sin embargo, con la ayuda de una estación móvil de impresión 3D proporcionada por Huggies, los médicos del hospital le dieron una sorpresa entregándole un busto de su futuro hijo Murilo.

Esta alentadora mezcla de tecnología y amor es parte de una campaña de Huggies Brasil para proporcionar esta oportunidad a más madres que lo necesiten.

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