La tensión también se notó en la playa de Copacabana en Río de Janeiro. Después de que el equipo alemán anotara el quinto gol, cientos de personas corrieron hacia las calles de la ciudad desde la playa, lo cual causó pánico entre quienes miraban el partido.

La dirección de la Policía Militarizada negó las versiones según las cuales se habrían registrado incidentes violentos en Copacabana tras la derrota brasileña, con ataques vandálicos o asaltos masivos.

De acuerdo con la corporación, las denuncias se limitaron a hurtos en diferentes locales y algunas peleas entre aficionados. Una de las personas fue detenida por arrojarle latas de cerveza a un grupo de alemanes que conmemoraba la victoria de la selección alemana.

El Mundial generó descontento y manifestaciones callejeras en el país contra los 11.000 millones de dólares de los cofres públicos que se han invertido en la preparación del torneo y que los manifestantes reclaman para los servicios de salud, educación y transporte.

El país, que tiene una población de 200 millones de personas y que es actualmente la séptima economía del planeta, se ilusionaba con el efecto que pudiera provocar el Mundial de Fútbol. La histórica derrota ante los germanos terminó con todas las ilusiones.

Fuente: EFE / Agencias