Al crimen de la Dalia Negra y otros , se suma otro caso que en febrero de este año cumplió 60 años sin identificar a la víctima principal y a su(s) asesino(s). Hasta hoy el pequeño que remeció con su rostro es conocido como o “El Niño de la Caja”.

El 25 febrero de 1957, un joven universitario que paseaba por los bosques de Fox Chase, Filadelfia, encontró una caja de cartón que contenía el cadáver desnudo de un niño. Aterrado, huyó del lugar y después de un día dio parte a las autoridades.

	El primer identikit que le hicieron al pequeño de la caja. (Foto: Wikipedia)
El primer identikit que le hicieron al pequeño de la caja. (Foto: Wikipedia)

“fácil de resolver”

Al llegar a la zona, los policías encontraron el cadáver envuelto en una manta a cuadros. Tenía entre 3 y 7 años, su cabello fue cortado recientemente, no había signos de malnutrición grave, pero presentaba cicatrices quirúrgicas en el tobillo y la ingle y una en forma de L debajo de la barbilla.

Los agentes rastrearon todo y rescataron la manta y una gorra hallada a pocos metros. Tomaron las huellas dactilares del pequeño y creyeron que sería fácil identificarlo y resolver el caso sin problemas. Se equivocaron, las marcas no estaban registradas en ningún lado.

El caso atrajo la atención de los medios de comunicación masiva en Filadelfia y el valle de Delaware. Pasadas varias semanas y con la presión ciudadana a cuestas, la Policía decidió imprimir más de 400 mil folletos con fotografías post mortem del pequeño con la esperanza de que alguien lo identificara, también las colocó en los recibos de luz. No recibió respuesta alguna.

El 21 de marzo del 2016, el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados lanzado una reconstrucción facial de la víctima y la añadió a su base de datos.

	Esta es la tumba del “Niño de la Caja”. (Foto: Wikipedia)
Esta es la tumba del “Niño de la Caja”. (Foto: Wikipedia)

¿quién era el pequeño? Las teorías…

Al igual que muchos asesinatos sin resolver, sobre “El niño de la caja” se han tejido varias teorías pero solo dos calaron en el colectivo ciudadano.

La primera teoría. En 1960, Remington Bristow, un empleado de la oficina del forense que dedicó toda su vida al caso, indicó que el pequeño y su madre vivían en un centro de acogida cercano al lugar del descubrimiento. El administrador del local era el padrastro de la mujer.

El investigador precisó que el pequeño nunca fue registrado porque fue concebido fuera del matrimonio, algo que era mal visto en aquellos años. Para darle peso a sus palabras, visitó el lugar y descubrió mantas parecidas a las que envolvían el cadáver y gorras similares. Además concluyó que el niño murió de forma accidental.

La policía jamás pudo encontrar ninguna relación entre el niño de la caja y la familia de acogida. En 1998, el teniente de policía de Filadelfia Tom Agustín, quien estaba a cargo de la investigación, se entrevistaron con el padre y la hija, que por aquellas fechas ya se había casado. Se hicieron pruebas de ADN y se descartó el parentesco.

La segunda teoría se presentó en febrero de 2002 cuando una mujer identificada solo como “M” afirmó que su madre había comprado al niño llamado “Jonathan” en el verano de 1954.

Posteriormente el joven fue sometido a abusos físicos y sexuales durante dos años y medio, y un día fue asesinado en un ataque porque vomitó en la bañera.

También dijo a la policía que su madre le había cortado el pelo y que había trasladado el cuerpo a una zona de Fox Chase dentro de una caja de cartón. Los investigadores concluyeron que la historia era verosímil pero también descubrieron que “M” tenía problemas mentales desde hacía tiempo.

El caso sigue sin resolverse oficialmente y en la actualidad tanto la identidad del niño de la caja como la de su asesino siguen siendo un misterio.

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