El precandidato demócrata en la Universidad de Puerto Rico en el último de los tres actos públicos en los que intervino en San Juan.

El poder de convocatoria de Sanders entre el publico más joven quedó demostrado con un abarrotado Teatro de la Universidad de Puerto Rico sin aforo para dar entrada a cientos de estudiantes que se quedaron a las puertas.

Sanders, previo al discurso de poco más de media hora, salió al exterior del teatro para dedicarle 5 minutos a un público entusiasta que no pudo acceder al recinto y que tenía ganado de antemano.

En un aforo en el que era difícil encontrar a alguien por encima de los 25 años y a los gritos de “Bernie, Bernie”, Sanders apareció sobre el escenario en una escena que recordaba más un concierto de rock que el discurso de un político.

“Estudié español en la escuela pero era muy mal estudiante. Espero que ustedes lo hagan mejor que yo”, dijo en tono distendido en inglés Sanders en las primeras palabras de su discurso, respondidas con gritos de los entusiasmados estudiantes.

El precandidato demócrata comenzó con una referencia a las desigualdades económicas en el mundo y en Estados Unidos, donde dijo que un 1 % de los más ricos atesoran casi tanta riqueza como el resto de la población.

“Si alguien les dice que hay que cerrar escuelas y hospitales no le crean”, aseguró Sanders, ya metido en faena sobre los problemas de liquidez de Puerto Rico provocados por una deuda de cerca de 70.000 millones de dólares que el Ejecutivo de la isla caribeña ha dicho que no puede pagar.

Dijo que para cambiar el rumbo de la situación por la que atraviesa la isla caribeña “hay que crear una economía que sirva para todos, no solo para unos pocos”.

Subrayó que para que la economía mejore no hay que reducir fondos, sino garantizar los servicios básicos de la población, tanto sanitarios como de educación.

Sanders no tardó mucho en asegurar que la junta de control fiscal en la que trabaja el Congreso estadounidense por medio de legislación que supervisaría la política financiera pública del Ejecutivo local no es aceptable, ni para él ni para el pueblo puertorriqueño.

“No podemos permitir que el Congreso —estadounidense— socave la soberanía de Puerto Rico”, dijo el precandidato demócrata ante la posibilidad de que Estados Unidos, finalmente, apruebe legislación para la creación de una entidad de control sobre las autoridades locales que el Ejecutivo de la isla ha dejado claro que entiende como una usurpación de la soberanía nacional.

Sanders se fue como llegó entre los gritos de los universitarios de “Bernie, Bernie” tras la aparición fugaz de su esposa en el escenario en un punto y final de una visita de relámpago de 24 horas a la isla caribeña, adonde dijo que no vino a recaudar dinero “como otros”.

A la visita de Sanders a Puerto Rico le seguirá mañana la del expresidente estadounidense Bill Clinton, que en representación de su esposa atravesará de norte a sur la isla de Puerto Rico para participar en varios actos de campaña por la nominación a la candidatura presidencial por el Partido Demócrata.

A diferencia de los que viven en EE.UU., los puertorriqueños que residen en la isla no puede votar en las elecciones presidenciales, pero sí pueden hacerlo en las primarias de los partidos. (Fuente: EFE)