Una empleada del Ministerio del Interior de fue suspendida después de que sus compañeros la reconocieran en un reportaje de televisión sobre pornografía.

La mujer, cuya identidad no ha trascendido, se hacía fotos y vídeos eróticos en diferentes espacios de la sede del Ministerio en el bulevar Waterloo de Bruselas.

Mientras se tramita su despido, la funcionaria ha acudido al Consejo de Estado para recurrir la decisión alegando que este tipo de actividades forman parte de su vida privada y no interfiere negativamente en el trabajo que realiza en el ministerio.

La mujer apareció en un reportaje de televisión sobre hombres y mujeres que ganan dinero extra en el negocio del sexo. Sus compañeros la reconocieron y comenzaron a indagar sobre sus ocupaciones extralaborales en Internet.

Descubrieron que era actriz porno y que en su perfil de Twitter había varias fotografías de carácter sexual realizadas en distintos espacios de la oficina, como los ascensores.

Informaron inmediatamente a un superior, que la citó el 10 de noviembre. Ahí le comunicó que iba a ser suspendida de empleo y sueldo porque sus actividades podían causar “daños” a la reputación del servicio público.

Su jefe le retiró el ordenador, las claves y su tarjeta de acceso al Ministerio del Interior inmediatamente mientras se gestionaba su despido.

La mujer alegó que la medida era vejatoria y la exponía “al oprobio general en su medio profesional”. El Tribunal de Casación ha desestimado el recurso presentado, ya que “fue ella misma la que puso en riesgo su reputación o su honor”.

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