Australia es famosa por su vida silvestre: canguros, koalas y numerosas especies de serpientes y arañas son animales característicos del país. Sin embargo, también es hogar del mayor rebaño de camellos del mundo: alrededor de 750.000 salvajes que causan una serie de problemas.

Pero con el nacimiento del motor de combustión interna, los camellos ya no fueron necesarios y se decidió liberar a varios en el medio natural. Sin depredadores naturales y vastas zonas escasamente pobladas para deambular, los camellos se multiplicaron y han tenido un gran impacto en el desierto.

“Uno de los mayores problemas es que beben grandes cantidades de agua. Tragan galones y causan costosos daños a las granjas y a las fuentes de agua que se utilizan para abastecimiento. También beben los pozos de agua de los aborígenes”, explica Simon Reeve, explorador y escritor.

Lyndee Severin dirige un rancho de un millón de acres al oeste de Alice Springs en el Territorio del Norte. Y ha sido invadido por los camellos.

Pero su preocupación no se limita a su propio negocio. Los camellos ejercen presión sobre las especies nativas de Australia mediante la reducción de las fuentes de alimentos y la destrucción de sus hábitats.

Los camellos deambulan libremente en un área de 3,3 millones de kilómetros cuadrados que abarca los estados de Australia Occidental, Australia del Sur y Queensland, así como el Territorio del Norte.

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