El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, comentó que la agenda mundial para un mundo sin pobreza involucra dos grandes objetivos.

La primera meta, acabar con la pobreza extrema en 2030. La segunda, promover que se comparta la prosperidad, de modo que los ingresos del 40% más rico de cada país crezcan entre toda la población.

“No tengo duda que el mundo puede terminar con la extrema pobreza, pero esto será mucho más difícil de lo que muchos creen. Se necesitará ingenio, enfoque, compromiso y visión de los líderes”, aseveró durante su presentación en las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.