Según informó Actualidad RT, mientras dura la investigación, el oficial ha sido apartado de las misiones de primera línea de su institución.

El incidente tuvo lugar el 1 de mayo. Las cámaras de videovigilancia grabaron el momento en que el agente rocía con gas pimienta a un perro que está encadenado en el patio de una de las viviendas que su equipo estaba registrando y luego le arroja un palo.

Mientras el policía molestaba al can, sus compañeros se mostraban perfectamente tranquilos y sacaron después varias fotografías del animal, a la que hacían gestos burlándose del animal.

Según informa la cadena estadounidense ABC News, en el momento del registro el amo del perro no estaba en casa. Cuando se percató de que su mascota había sido atacada, puso una denuncia oficial.

En un comunicado emitido la semana pasada, la Policía australiana dijo que no tolera la crueldad contra los animales y precisó que el asunto está siendo investigado por la Policía Federal Australiana (AFP).