“John” es un hombre divorciado de 60 años, a quien le pagan para tener sexo con prostitutas, como parte de una operación para desarticular redes de trabajo sexual ilegal que funcionan en presuntos locales de masaje, en Australia.
Él forma parte de un pequeño grupo de investigadores privados contratados por las autoridades de Nueva Gales del Sur y su identidad real es desconocida, de acuerdo al portal News.
“Estoy bastante seguro que muchos chicos sentirían un poco de envidia por cómo estoy ganando algo de dinero de vez en cuando”, dijo el hombre a la mencionada web.
Prefiere no decir mucho sobre cuánto le pagan, aunque asegura que “no conduce un Porsche ni nada”. Además, evita contar esta faceta de su vida a cualquier persona.
“No es una gran cantidad, pero me pagan para hacer algo por el cual la gente paga buen dinero”, indicó.
“John” señala que entre sus labores está el proporcionar informes detallados e, incluso, materiales gráficos de los hechos que tienen lugar dentro de los prostíbulos a donde va, porque “se utilizarán en los tribunales”.
El número de burdeles ilegales de Nueva Gales del Sur ha aumentado luego de que el gobierno legalizó la prostitución en los años 90.