La predisposición a traicionar a la pareja depende de una serie de genes que se transmiten de generación en generación y que tenemos en común con los animales.

Esta es la teoría que defiende un estudio publicado por la revista Pnas para el que analizaron el comportamiento del Diamante Mandarín, un pájaro que parece tener un comportamiento similar a la del ser humano.

Para la investigación se examinaron 1554 ejemplares, a los cuales se les realizaron un análisis de ADN durante cinco generaciones. A las aves se les quitaron los huevos y los pusieron en otros nidos para excluir que pudieran imitar el comportamiento de sus padres cuando fueran creciendo.

Los hijos de los padres “infieles” no sólo han mostrado un comportamiento similar al de sus progenitores sino que la conexión ha sido confirmada por análisis genéticos.

“Este estudio confirma que los hijos de los padres que tienen da ser promiscuos tienen el doble de probabilidad de serlo también”, explicó Wolfgang Forstmeier, del departamento de genética evolutiva del Max Plan Institut de Berlín.

Fuente: ABC.es