Así ocurrió con la fotografía que recientemente ilustró las principales planas de los diarios de mundo: La de la presidenta Cristina Fernández Fernández de Kirchner llegando a la Fundación Favaloro para ser intervenida por el hematoma subdural que padecía.

El fotógrafo de la agencia DyN Pablo Molina es el autor de esa captura. Llegó al lugar de casualidad: Debía estar en un acto del presidente en ejercicio, Amado Boudou, pero terminó haciendo la guardia en la puerta del centro de salud, sobre la calle Venezuela.

“Esperaba en la agencia y me llamó el director (de DyN), diciendo que Cristina volvía al Favaloro. Cuando llegué había varias puertas, consulté en cuál podía ser, me puse en Venezuela. Esperé media hora hasta que llegó”, contó Molina a Perfil.com.

Para fotos como esa, el fotógrafo (con 47 años y más de 20 años de carrera), explicó: “Uno ya tiene la cámara lista para cuando el personaje llegue. Es un lío por los vidrios polarizados, el flash… Yo no dejo la cámara en autofoco, la pongo en manual y me juego un poco a ver dónde está, es muy rápida la situación”, detalló.

Pero tuvo suerte: “(Cristina) llegó adelante en el auto. Así que el polarizado no fue un problema”. Pablo supo al instante que había obtenido una gran imagen “por la expresión de ella, sin maquillaje, compungida, con dolor”. “Era una foto que podía ’pegar”, señaló.

El martes la imagen estuvo en todos los medios del mundo y llegaron las felicitaciones por su trabajo: “Todos me decían ’saliste en los diarios de todo el planeta’”.

A pesar del impacto de la foto, Molina asegura que la reproducción no cambia su forma de trabajo. “Los fotógrafos hacemos de todo. Un día tienes Boca – River y otro, cubres a Sacachispas. Un día, Cristina, y el otro, con un vecino de la ciudad. Siempre con las mismas ganas de obtener una buena placa”.

Fuente: Contextotucuman.com/Perfil.com