Según informó el “Daily Mail”, la sesión fue encabezada por el obispo Manuel Acuña, de 52 años, quien ordenó al demonio a abandonar el cuerpo. La poseída gritaba “no, no” y lanzó insultos a una de las mujeres, aunque al religioso se le oyó murmurar: “Deja, deja ahora…”

Antes de la sesión de exorcismo, los feligreses se reunieron en la Iglesia Luterana para orar por su alma y la redención. El obispo les dijo: “Existe el demonio. Él no es una idea, no es una teoría, no es algo abstracto”.

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“El diablo es una personalidad y por lo tanto tiene una estrategia. Estamos hablando de algo aterrador, un ángel caído. El diablo no es una metáfora. El diablo es algo real que Jesucristo enfrentó. El diablo busca la perdición del ser humano y para ello utilizará cualquier posible instrumento del mal”, agregó.

A continuación, Laura fue conducida a un ambiente donde los ayudantes de la iglesia la sujetaron en el suelo. El exorcismo llegó a su fin cuando de repente la joven dio un grito ahogado y cerró los ojos, cayendo agotada al suelo.

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“Gracias a Dios, hemos recuperado una hija de Dios. Usted no ha visto un exorcismo mayor. Este fue un grupo de demonios similares a los que Jesús enfrentó. Su entrega es el regalo de Dios para nosotros hoy”, dijo el obispo mientras Laura se secaba las lágrimas.