Los investigadores del Antartic Heritage Trust, de Nueva Zelanda, recientemente encontraron un pastel de fruta abandonado hace más de 100 años, pero en perfecto estado de conservación, dentro de una antigua base en el Cabo Adare, en la Antártida.

Envuelto en papel, el postre sorprendentemente se encontraba en una “condición excelente” e incluso sería comestible, de acuerdo a los científicos.

El explorador británico Robert Falcon Scott habría traído la torta, hecha por la compañía de galletas de la época Huntley & Palmers de Gran Bretaña, a la Antártida entre los años 1910 y 1913, durante su expedición Terra Nova.

El “grupo Norte”, una de las ramas en las que se dividió la expedición de Scott, se refugió en una cabaña del Cabo Adare, la cual fue construida en 1899, y dejó ahí el pastel de fruta.

Un equipo estuvo recuperando objetos en la cabaña desde el 2016.

“Era una comida con alto valor energético, ideal para el clima antártico”, dijo Lizzie Meek, del grupo neozelandés. El postre se conservó en buen estado gracias a las temperaturas de la Antártida, de acuerdo a la .

El equipo de Scott llegó al Polo Sur en 1912, pero todos murieron durante el viaje de regreso a la base Terra Nova en el Cabo Evans.

El “grupo Norte” sufrió hambre y congelamiento, pero logró sobrevivir.

Los investigadores neozelandeces lograron recuperar de la base de Cabo Adare unos 1.500 objetos, los cuales serán devueltos a su lugar de origen.

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