recibirá la llegada del el lunes 8 de febrero y esta vez se rendirá ante los pies del mono de fuego. En Pekín se alistan todos los preparativos para las actividades que oficialmente iniciarán ese día.

Durante las celebraciones se harán una serie de rituales en homenaje al Dios de la Tierra. Estas actividades planean atraer alrededor de un millón de personas durante la próxima semana.

Además de las ferias y los rituales, que se han convertido en una mezcla de comercio y diversión, los ciudadanos chinos seguirán estos días numerosas tradiciones para entrar con buen pie en el siguiente ciclo lunar, y es frecuente que la víspera de celebrar su nochevieja limpien y ordenen los hogares para eliminar la mala suerte.

Y es que las supersticiones, como decorar de rojo para ahuyentar a los espíritus o tirar fuegos artificiales bajo la misma leyenda, son una de las claves de esta festividad, que genera el mayor desplazamiento humano del planeta para celebrarla en familia.

Los chinos se han volcado a las redes sociales de su país para desear suerte, “buena fortuna”, “felicidad” y “seguridad”, un indicativo de la preocupación de la población ante la acuciante amenaza de la contaminación y otras afecciones.