Una tierna historia de amor filial entre dos hermanos está conmoviendo al mundo entero. Se trata de Noah Aldrich (8) y su hermano Lucas (6) que sufre una rara enfermedad neurológica denominada lisencefalia que no le permite hablar, caminar ni comer por sí solo.

Acostumbrado a los deportes y las actividades, Noah se enteró que se había organizado un triatlón para niños en su localidad en Idaho y enseguida quiso participar, pero junto con su hermano.

Después de tres meses de entrenamientos intensivos, los hermanos participaron en la carrera, que tuvo lugar a mediados de julio.

En la primera etapa de la competición Noah nadó 200 metros con un arnés en el pecho con el que sujetaba la balsa inflable en la que iba Lucas. Luego pedaleó 4,8 kilómetros soportando una carga de casi 40 kilos, pues su hermano pesa más de 22 kilos y el remolque 18.

En la última etapa Noah corrió un kilómetro y medio empujando el carrito con Lucas a una temperatura de 35 grados centígrados.

Ambos completaron las pruebas en poco más de 54 minutos y fueron recibidos entre aplausos por el público asistente y demás competidores.