El novelista reconoció que ya no puede escribir en computadora debido a que con la edad – 79 años – se ha “vuelto muy tembleque”. Confesó que por esa razón ha contratado a una señora que transcribe lo que él le dicta.

“Hoy me cuesta escribir. Yo tengo una señora que trabaja conmigo, le cuento mis historias y ella las transcribe. Yo ya no puedo escribir en computadora, me he vuelto muy tembleque. Ahora estoy escribiendo muy contento a través de esta señora que me ayuda”, comentó el autor de ‘Un mundo para Julius’ en una entrevista para RPP.

Bryce Echenique precisó que ya tiene confianza con la señora y ahora está trabajando en su tercer libro de memorias ‘Permiso para retirarme’, el cual dijo creer que “será un poco” como su despedida.

“Ya logré quitarme la parte censura, autocensura, por vergüenza para ella, ¿no?, y ahora estoy escribiendo muy, muy contento, ‘Permiso para retirarme’, que es un libro que yo creo que ya será un poco mi despedida”, señaló.

Sin embargo, el autor de “Huerto Cerrado” remarcó que “un escritor nunca se jubila” y comentó que “está en camino” la publicación de su correspondencia. Detalló que las cartas le sirvieron mucho para escribir.

“Un escritor no termina de escribir nunca, ¿no? Un escritor nunca se jubila. Hay proyectos, ya varios proyectos de publicaciones de cartas con distintos amigos. Realmente a mí la correspondencia me sirvió para escribir”, manifestó.

En otro momento de la entrevista y al ser consultado al respecto, Bryce Echenique consideró de “patética” la actitud de Ricardo Belmont y sus recientes comentarios.

“Lo de Belmont es patético. Últimamente, lo que ha dicho es atroz”, afirmó.

Recordó, en esa línea, cuando Belmont era burgomaestre y participó en un evento con el escritor español Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura 1989.

“Es asombroso porque yo lo he conocido [a Ricardo Belmont] en una época en que era alcalde de Lima, y en una de esas invitaron a Camilo José Cela a una cosa llamada ‘Unión de Capitales Latinoamericanas’ y a mí me tocó acompañar a Cela. Belmont me preguntó: ‘¿Y este gordo suda la camiseta o no suda la camiseta?’. No tenía la menor idea de quién era”, comentó.