A Konrad Schueroff le pareció que el auto de lujo sería el mejor obsequio de amor verdadero para Alana.

El enamorado joven alemán llegó a casa de su novia y estacionó el Lamborghini negro en la entrada. Luego, entro a la casa y busco a Alana, al encontrarla sentada en la sala, leyendo revistas y viendo la televisión, le anunció: “Te tengo una sorpresa”.

Ya hecho el anuncio de la sorpresa, Konrad acompañó a su novia para enseñarle nada más y nada menos que un Lamborghini.

La rubia subió emocionada a su nuevo auto y lo arrancó. Sin embargo, no se mostró eufórica con el regalo, sino más bien bastante fría.

Muchos dirían que si se tratase de un hombre, este se emocionaría tremendamente. Sin embargo, en el caso de una mujer, al parecer la reacción sería muy distinta.

Fuente: Sdpnoticias.com