Hans-Georg Maassen, presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), los servicios secretos del interior de , informó hoy de que se está vigilando a islamistas en 90 mezquitas de todo el país.

Maassen realizó estas declaraciones en una rueda de prensa en el marco de unas jornadas del BfV sobre yihadismo en la que recalcó que no se vigila a comunidades religiosas de forma genérica sino a personas concretas sobre las que se tienen fundadas sospechas.

La inteligencia de Alemania vigila a “extremistas e islamistas” sobre los que los servicios secretos tienen indicios de que juegan un “papel significativo” en el entorno radical, matizó.

El presidente del BfV agregó que, tras una fuerte subida en los últimos meses, sus servicios tienen registrados en la actualidad a unos 8.650 salafistas, o musulmanes seguidores de una versión muy extremista de su religión, que defienden el uso de la violencia o mantienen un postura ambigua ante su empleo.

Además, estimó que unos 800 alemanes han marchado en los últimos años a Siria e Irak con el objetivo de unirse a las filas del Estado Islámico (EI, ISIS, Daésh), un grupo terrorista al que Maassen calificó de “un reto significativamente mayor” que el que suponía Al Qaeda, una amenaza “cualitativamente distinta”.

“Estamos convencidos de que el ISIS quiere atacar a Alemania y a sus intereses”, agregó el presidente del BfV.

Asimismo, advirtió de que “Libia puede suponer para Europa un riesgo similar al que representa Siria” en muy poco tiempo, dada la situación de inestabilidad del país norteafricano y el auge del ISIS en la zona.

A su juicio, la única forma de combatir de forma efectiva y en último término derrotar al ISIS pasa por una “estrecha colaboración” entre los servicios secretos de los países de la UE y Estados Unidos.

“No podemos afrontar en términos nacionales el peligro del terrorismo global, necesitamos afrontarlo con una red internacional”, afirmó tras hacer referencia a los últimos atentados yihadistas en Europa, como los de París y Bruselas.

EFE

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