Hans Riegel, el hombre que convirtió a los ositos de goma de colores en todo un icono del mundo de los caramelos con su empresa Haribo, ha fallecido a la edad de 90 años.

“Haribo hace a los niños felices”, el eslogan del fabricante de caramelos desde hace décadas y su continuación “Y a los adultos también”, es algo que conocen casi todos los alemanes.

Con la muerte de “Mr.Gummibärchen”, muere uno de los últimos grandes patriarcas de una empresa fundada en la década de los 20, que acabó convirtiéndose en líder del mercado y exportando a numerosos países.

Piloto de helicópteros, cazador apasionado en Austria o de la caza salvaje en África y deportista de competición, Riegel se convirtió en una personalidad brillante y un genio del márketing.

Como rey de los dulces ositos, se encargó de velar por la receta secreta que recibió junto a su hermano Paul en 1947 de su padre Johann, conocido como Hans y convirtió a las gominolas con sabor a frutas en incondicionales en las estanterías de caramelos de todo el país.

La pequeña empresa de su padre, asentada en Bonn, se convirtió en todo un imperio. El nombre de la marca proviene de las primeras sílabas de Hans Riegel Bonn.

Fuente: Elmundo.es