El periodista sueco Carl-Magnus Helgegren organizó el viaje a sus hijos porque estaban muy interesados en las historias violentas. Visitaron Siria, conocieron a soldados y pasaron por campos de refugiados.

El hombre preocupado por el profundo interés de sus dos hijos, Leo y Frank de 11 y 10 años, respectivamente, por la saga Call of Duty, hizo un acuerdo con ellos en abril: si querían seguir jugando tendrían que visitar una ciudad verdaderamente dañada por combates y ver directamente lo que realmente es la guerra.

Partiendo de su experiencia como reportero en el Medio Oriente en su juventud, Helgegren decidió ir con sus hijos y la madre de ellos a Israel, antes de que estallara el conflicto con Gaza.

En su viaje de diez días, la familia conoció gente afectada, soldados que habían estado en combate, pasó por hospitales donde muchas personas concurren a suturarse cortes causados por culatazos, e incluso visitó un campo de refugiados.

Tras su vuelta a Suecia, Leo y Frank decidieron que no querían jugar al Call of Duty y que les gustaría volver algún día. “Ya no los jugamos. Ahora que hemos visto todo esto, se sentiría muy extraño decirles que sí”, le dijeron a su padre.

Helgegren ha sido criticado, a través de mensajes y tuits, por personas que lo acusan de ser irresponsable y de haber puesto a sus hijos en peligro.

“Fuimos en abril, cuando la situación no era lo que es ahora, y yo había ido dos veces antes, y nunca sentí inseguridad. Si hubiera habido una guerra, no habría ido”, respondió Helgegren.

Fuente: Infobae