Houk estaba embarazada de ocho meses y medio cuando recibió un disparo en la parte posterior de la cabeza con una escopeta modelo juvenil mientras estaba acostada en la cama. Tanto ella como su bebé murieron por el disparo.

El muchacho pasó más de tres años en un centro de detención juvenil en Erie, Pennsylvania, mientras que los tribunales deliberaron sobre su pena. Si es hallado culpable, enfrentaría una pena máxima de cadena perpetua y una mínima de 50 años.

El 13 de abril de 2012, Jordan fue encontrado culpable de la muerte de Houk y de su bebé. La Corte Suprema de Pensilvania decidirá su caso probablemente este año, luego de escuchar sus alegatos de defensa.

Fuente: contextotucuman.com