En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil, el pequeño Facundo, de tan solo cinco años, fue dado de alta al superar el cáncer que lo aquejaba. Como símbolo de esta victoria, tocó la campana en medio de la alegría de su familia y de todo el personal asistencial que lo atendió en el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins del Seguro Social – EsSalud.
La historia de superación de Facundo inició un año atrás, cuando un dolor repentino e intermitente en su pecho alertó a los padres, que, tras diversos análisis, descubrieron una gran tumoración en el pulmón del menor.
Su sintomatología se presentó cuando la masa cancerígena estaba tan grande que movió a otros órganos como el corazón. Tras enterarse del diagnóstico: blastoma pleuropulmonar, un tipo de cáncer pulmonar, Ling y Renato, papás de Facundo, no lo pensaron dos veces y dejaron Arequipa para trasladarse a Lima y tratar esta enfermedad.
Grande fue su emoción al ver que, tras doce ciclos de quimioterapias, el menor logró recuperarse de esta enfermedad y tocó la campana, un sonido de victoria tan esperado por muchos pacientes oncológicos.
Así como Facundo, hay cientos de niños que padecen de esta patología. “El Servicio de Oncología Pediátrica del Hospital Rebagliati recibe anualmente a 180 pacientes nuevos con diversos tipos de cánceres”, informó el doctor Iván Maza, jefe del Servicio de Oncología pediátrica del Hospital Rebagliati.
En este día internacional se busca sensibilizar y concientizar a toda la población sobre el impacto del cáncer en los niños, que pueden padecer de este mal incluso desde antes de nacer. Es por ello que el doctor Maza resalta que es de vital importancia el diagnóstico oportuno para evitar las enfermedades avanzadas y tener mayores posibilidades de curación, ya que el cáncer infantil si se detecta a tiempo se cura.
El galeno invocó a todos los padres a estar atentos a señales como: palidez, moretones en la piel, sangrados repentinos, reducción de peso súbito, ganglios hinchados, vómitos, dolores de cabeza persistentes, manchas blancas en las pupilas de los ojos o dolores constantes en las extremidades.
“En oncología pediátrica hay momentos difíciles, momentos duros, pero también de felicidad como ahora, cuando un niño vence esta enfermedad, termina el tratamiento y toca la campana anunciando el fin de las quimioterapias. Eso es reconfortante para el personal médico y sus familias”, resaltó el especialista.