El ejecutivo de una firma que fabrica accesorios de cuero, Andrew Bauer, admite que solía tener a sus empleados trabajando “hasta nueve o diez horas al día”. Pero a medida que las horas trabajadas se acumulaban, la productividad disminuía.

Royce Leather es la empresa que el padre de Bauer le encomendó. Al hacerse cargo de ella, decidió recortar la jornada de trabajo de los 15 trabajadores de la línea de ensamblaje en dos o tres horas, dependiendo de los puestos. Los 45 minutos para el almuerzo, así como los días de descanso, se mantuvieron sin cambios.

Bauer no buscaba reducir los sueldos, sino impulsar la eficiencia. Y los objetivos se cumplieron: Recortadas las jornadas laborales, la producción aumentó y los empleados valoraron que ahora podían volver a casa más temprano.

Por su parte, Gotemburgo Suecia ha hecho también una apuesta por las jornadas laborales más cortas. BBC Mundo indica que desde el 1 de julio, la jornada de trabajo en la ciudad es de seis horas, en medio de un experimento de un año, donde algunos empleados trabajarán menos horas que otros, todos a cambio de la misma remuneración.

El objetivo que se pretende lograr con dicho experimento es que aquellos trabajadores que tengan jornadas más cortas lleguen a los mismos objetivos que el resto, pero de forma más eficiente y con menos días de ausencia por causa de enfermedad. La idea es buena, pero la pregunta de si funcionará o no está todavía en el aire.

Antecedentes en el mundo

El medio detalla que varios países han realizado estudios al respecto, aunque los resultados han sido contradictorios.

Una investigación llevada a cabo por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que publicó la revista The Economist, reveló que cuanto más trabajaban las personas, menor era su productividad.

Por otro lado, una investigación hecha en Corea del Sur que dio a conocer la revista Journal of Happiness Studies, señala que los empleados valoran solo en la teoría los días laborales cortos, pues en la práctica no hubo mejoría en su satisfacción laboral ni su felicidad en general. Al contrario, tenían menos tiempo para realizar el mismo trabajo, por lo que el estrés aumentaba.

BBC Mundo añade que el éxito de acortar las jornadas laborales tiene más relación con el trabajo que se realiza, la carga de trabajo y la supervisión, que con el país o empresa que lleva a cabo el cambio.

Fuente: Dinero.univision.com