Para el 2040, los taxis se verán impulsados por robots de Google, las tiendas se convertirán en salas de exposición para los medios en línea y los centros de llamadas serán atendidos por androides inteligentes.

Ese es el escenario representado en una investigación reciente que sugiere que los robots podrían tomar control de nuestras vidas y trabajos en menos de 30 años.

La competencia para el trabajo, causada por un aumento en la población de robots, nos obligará a acudir a los cirujanos para una repotenciación del cerebro. Algunos pedirán implantes biónicos para que sus manos sean capaces de realizar tareas en tiempos más rápidos que cualquier máquina.

Los futurólogos del sitio web de búsqueda de empleo xpatjobs.com dicen los trabajadores tendrán menos seguridad en el empleo y trabajarán horas más intempestivas.

Los que toman estos riesgos e innovar con sus propios cuerpos serán las principales fuentes de ingresos en 2040, afirman.

Sin embargo, el estudio añade que los trabajadores pueden quedar con problemas de visión, los órganos sexuales de menor tamaño y las cejas fruncidas.

Es más, los expertos esperan que el actual tiempo de trabajo, aproximado en 37,4 horas semanales, aumente en un tercio, es decir llegue a unas 50,5 horas. Los primeros países que hagan este cambio serán Estados Unidos, China e India.

También indican que la gente estará tan ocupada trabajando que solo encontrará tiempo para tener relaciones sexuales dos veces al mes.

El estudio predice el ambiente sombrío en el cual trabajaremos y lo denominó “trabajos micro” de un escritorio en el dormitorio, y en diferentes zonas horarias.

Rhys Maddocks, director de XPAT Jobs, dijo que “la gente se sorprenderá de cómo cambiarán las cosas. La tecnología y las computadoras solo han tocado una mínima parte del mercado laboral hasta el momento”.

Pero, agrega que eso no quiere decir que el trabajo va desaparecer tal como lo conocemos.

“Siempre habrá pensamiento empresarial donde haya uso de la interacción humana y los trabajos que requieren ideas, resolución de problemas complejos y el toque de cuidado real que no puede dar un máquina”.