De acuerdo a una investigación de Gallup alrededor del mundo, para la mayoría de la gente un trabajo bien remunerado resulta agitado y consume mucha energía.

Sin embargo, existe un conjunto de ingredientes que pueden tornar un trabajo aburrido y monótono en un círculo virtuoso donde la fuerza laboral se sienta comprometida.

Tener líderes involucrados y curiosos que quieran mejorar: Las actitudes, creencias y comportamientos de los líderes tienen poderosos efectos de cascada en sus organizaciones. Líderes de grandes empresas no sólo hablan de lo que quieren ver en sus filas, también lo practican con sus propios equipos para mejorar todos los días.

Tener las mejores funciones de Recursos Humanos: Los mejores equipos de recursos humanos tienen un don para influenciar, enseñar y mantener a sus ejecutivos de cuenta. Expertos en recursos humanos enseñan a los líderes y gerentes a aprovechar las capacidades naturales de sus empleados.

Tener en claro requerimientos básicos de compromiso: Cuando los empleados saben qué se espera de ellos tienen lo que necesitan para hacer su trabajo, se ajustan a su papel y se comprometerán a casi a cualquier cosa que la compañía quiera alcanzar.

Nunca uses una recesión como una excusa: La excusa que más oímos en el trabajo es el pésimo estado de la economía. Las buenas empresas no lo resuelven con cambios estructurales, redundancias ni declinando pagar por beneficios a sus empleados. Han logrado sobrepasar los tiempos malos siendo abiertos, comunicándose constantemente, haciendo cambios rápidos y dando esperanza.

Confianza, exigir responsabilidades y apoyo incansable a los equipos: Los equipos fuertes se construyen cuando los equipos analizan por ellos mismos el problema y se ponen manos a la obra para resolverlo. Compañías ejemplares apoyan a sus managers, construyen capacidades y crean microculturas.

Tener un enfoque directo y decisivo para gestionar el rendimiento: Las empresas estudiadas por Gallup utilizan el reconocimiento como una moneda para el incentivo. El reconocimiento es un poderoso medio para impulsar a los empleados a nuevos niveles de capacidad.

No persigas el compromiso para el bien propio: Uno de los mejores ejemplos es el Hospital de Cirugía Especial de Manhattan. Es el número uno en EE.UU. para la cirugía ortopédica. Este hospital necesita una cultura de alto octanaje para satisfacer las demandas de los pacientes ya que esperan milagros. Sus enfermeras no lograrían conseguir satisfacer las demandas si ellas mismas no sintieran que importan al hospital.

Fuente: Dinero.univision.com