La decisión de un profesional de permanecer en una empresa o elegir una para trabajar ya no se basa sólo en percibir un buen sueldo, sino también en tener un buen ambiente laboral y beneficios, lo cual se conoce como salario emocional.

Este concepto, el salario emocional, fue creado para motivar al colaborador a través de compensaciones no económicas, enfocadas en su desarrollo personal y familiar, explicó Rolando Liendo, presidente de la fundación Familia.

Afirmó que si los colaboradores toman en cuenta el salario emocional es porque este les brinda una mejor calidad de vida. Además, hizo hincapié en la importancia de motivar a los trabajadores con este tipo de remuneración, ya que el mismo genera empleados contentos, satisfechos con su condición laboral e identificados con su centro laboral.

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Según una encuesta realizada por Trabajando.com y Universia (2014), el 60% de personas priorizan el salario emocional al económico, lo que es determinante a la hora de postular o permanecer en una organización.

De dicha cifra, el 43% señaló al desarrollo profesional y a la promoción interna como principales atributos; mientras que el 8% de los mismos prefieren trabajar con un buen clima laboral. Además, el 9% de encuestados priorizan la flexibilidad en el trabajo.

Liendo citó una investigación de la Escuela de Graduados de la Pontificia Universidad Católica del Perú, que confirma que aquellos factores que determinan la satisfacción y permanencia de los trabajadores en el puesto de trabajo son las políticas referidas al salario emocional.

En el 2010, un estudio de Gestión de Capital Humano elaborado por PricewaterhouseCoopers (PwC) determinó que el salario emocional es la clave para evitar la fuga de talentos, añadió.

Además, afirma que de 118 empresas peruanas, 25% de las compañías ya cuenta con un plan para retener a su personal y este no solo incluye programas de capacitación o subvenciones para cursar una maestría, sino bonos salariales, planes de jubilación, asesoría nutricional y actividades recreativas para la familia, entre otros.

En el 2014, un estudio la Universidad de Warwick (Inglaterra), demostró que las personas que trabajan felices aumentan en 12% su productividad. “Sobre la base de esta investigación, se puede deducir que el salario emocional aumenta la productividad de los colaboradores”, precisó el presidente de Farmilia.

Liendo consideró que si se mantiene la tendencia a favor del salario emocional, en los próximos 10 años, el 95% de los trabajadores le darán mayor importancia al salario emocional que al salario monetario. “Es decir, las mayores remuneraciones no serán suficientes para atraer a los mejores trabajadores porque éstos no estarán dispuestos a sacrificar el tiempo con sus familias, ni su desarrollo como personas”.

Fuente: Andina