No es una buena decisión contratar a alguien que tiene la ‘esperanza’ de que la empresa moldeará su carácter y sus valores, advirtieron los directores de la firma Freiberg de Estados Unidos y autores de cinco best sellers Kevin y Jaqueline Freibergs.

1. Visión. Que tenga una antena de 360º.

El candidato idóneo debe estar abierto a nuevas ideas procedentes de distintos colaboradores, además de ser capaz de ver los problemas desde diferentes ángulos. Estas dos características juntas contribuyen a que un ejecutivo detecte problemas a tiempo y, por tanto, reaccione con la solución a tiempo, explicó la directora de la consultora Shore Consulting Group, Linda Shore.

2. Amabilidad. Que salude al presidente, como saluda a la recepcionista.

El ambiente de trabajo es fundamental para que la productividad de un negocio fluya, por ello, que un candidato sea amable con sus colaboradores y subordinados (no solo con sus jefes) es esencial, dijo Shore.

3. Asertividad. Que sepa separar lo profesional, de lo personal, sin herir.

La capacidad de comunicarse de forma clara y directa, sin sonar agresivo es otra cualidad que permite a los ejecutivos echar a andar sus planes de trabajo.

Una persona asertiva y empática tiene mayores probabilidades de ser un buen negociador, porque “hace que las cosas sucedan y trasciendan el papel”, dijo Shore.

4. Proactivo. Que vea soluciones, donde otros ven problemas.

El mercado global está en cambio constante. La entrada de un nuevo producto puede ser la lápida de otro, como sucedió con el fax cuando se popularizó el correo electrónico.

Sin embargo, “una persona positiva puede hacer la diferencia y encontrar oportunidades de negocio ante la adversidad”, dice Shore.

5. Ejecución. Que vayan a la acción.

Las empresas ahora no solo buscan personas creativas que desarrollen estrategias innovadoras, buscan ejecutivos que sepan aterrizarlas y echarlas a andar.

Fuente: Cnnexpansion.com