Es por eso que te dejamos tres preguntas que jamás deberías dejar de lado y logres concretar una buena planificación.

¿Quiénes son mis clientes?

Muchas veces vemos a los clientes como el conjunto de personas que nos compran un producto o a quienes les vendemos un servicio. Debemos agrupar o dividir a los clientes que tengan características parecidas. Señoras, niños, jóvenes, etc. Los clientes se agrupan de diferentes maneras: edad, género, tipo de necesidad, tipo de servicio que piden, etc. Recuerda que lo importante es que los agrupemos para buscar la mejor manera de satisfacer a cada grupo de clientes.

¿Qué me compra el cliente?

No debemos sólo pensar en el producto o servicio que se brinda. ¿Cuál es la necesidad detrás de ese artículo?, ¿Qué busca en un local o servicio? Cuando una persona compra una camisa puede estar comprando cosas diferentes: Moda, Lujo, calidad, oferta, etc. Otra forma de responder esta interrogante es preguntarse: Cuando un cliente me compra, ¿por qué lo hace? Y más adelante ¿Por qué quisiera que me compraran?

¿Cuál es mi diferencia?

No basta con ofrecer un buen producto o servicio. Si otros también lo hacen bien, el cliente decidirá su compra por el más barato. Debemos buscar un elemento que nos haga distintos a los demás.

Antes de tomar cualquier decisión empresarial toma en cuenta la respuesta a estas tres preguntas, y aunque nada nos puede asegurar el éxito, estoy seguro que nos ayuda a encontrarlo.

Fuente: Somos Empresa